domingo, 2 de diciembre de 2007

Experiencias en la aplicación del conocimiento

Dr. Neira, comparto contigo tus apreciaciones, aunque no es común en una sociedad individualista como la nuestra que la gente se asocie por dinero, se asocia precisamente porque no lo tiene, pero definitivamente lo cierto es que nuestro territorio y Colombia en general, está cultivando el potencial que han descubierto otros y que han reconocido en muchos profesionales que somos un diamante en bruto internamente; que nuestras ideas como generadoras de estrategias en beneficio de la comunidad, si las cuantificaran las avaluarían con un valor incalculable. Nosotros somos un país de pasiones y uno de los valores predominantes en nuestra cultura es la solidaridad. Que interesa que tan prepotente es una persona en particular si su corazón es flexibilizado fácilmente ante una tragedia, lo hemos visualizado en Santander y en muchos de nuestros departamentos cuando hay desastres climáticos. Porque te hago este comentario, porque es mi experiencia propia, lo que sucede es que no todos los profesionales estamos preparados para canalizar nuestros propios afanes, y necesidades, y puede ocurrir que en algún momento de nuestras vidas nos dejemos llevar por nuestras ambiciones, y claro que puede suceder que nuestro objetivo sea apuntar a ser ricos, pero nuestra esencia de seres solidarios, permanecerá latente y sigilosamente a la espera de encontrar el camino, para ser merecedores de reconocimientos honoríficos. Si la sabemos canalizar, podemos ser capaces de volcar ese único objetivo de ser ricos, que sin dejar de serlo no sea el propósito que prime en nuestro trabajo. Aunque esta actitud es cuestión de cultura también. Dr. Neira, te lo digo con el conocimiento de causa, nuestra sociedad reconoce la inteligencia y la preparación de un profesional que se para frente a nosotros para dar una conferencia, pero rechazamos las experiencias propias vividas de profesionales en un salón de clase, tildándolo como de sobrado, y sintiéndonos, inferiores por su capacidad de comunicarse, a sabiendas que esta información es tan importante y sobre todo de manera gratuita, que aquel profesional que la transmite por un salario. Es toda una tarea doctor, es cuestión de interpretación, es permanecer en el tiempo compartiendo, participando, llevando a muchos nuestras experiencias en la aplicación del conocimiento, que alguno se le quedará y ese será quien la replique hasta que en el tiempo, las generaciones sin darnos cuenta tenemos toda una cultura de servicio. Y si no, demos un vistazo atrás a las estadísticas de los de recursos que en los últimos años han ido destinado muchas de las Empresas de Capital privado Colombiano en pro del favorecimiento y fortalecimiento de muchos programas en beneficios de población menos favorecida, que sin duda vale la pena reconocer y es parte de la contribución y la proyección de una comunidad con una mejor calidad de vida.

Cordial saludo,

LAURA LUCIA RINCON DUARTE
Ariaka & Estrategias Ltda.
ariakaaccesorioscol@yahoo.com
Floridablanca, Santander Colombia

La actitud hace la diferencia

En diálogos sobre tecnopresarios (emprendedores tecnológicos) y teletrabajo: “vivir acá, trabajar allá, ganar allá y gastar acá,” durante la I Cumbre de Ciudades del Conocimiento celebrada del 15 al 21 de octubre 2007, en Monterrey – México; el consultor de innovación Fernando Casado de Alicante (España), recordó que las “empresas del conocimiento” se crean para servir y la sociedad nos retribuye: actitud atribuida a los miembros de la Comunidad Iberoamericana de Sistemas de Conocimiento (CISC), entidad organizadora del evento. Una vieja canción española que dice: “Alma, corazón y vida. Estas tres cosas te ofrezco: alma para comprenderte, corazón para quererte y vida para vivirla junto a ti”, le sirvió de analogía al profesor Casado para insinuar pautas de conducta que facilitan las relaciones personales y empresariales.

Cuando la gente se asocia por el dinero: un concepto interiorizado en el común de la sociedad, sólo se atraen personas cuya meta es ser ricos, y la sociedad lo percibe. Por el contrario; si consideramos a la empresa como un “servicio social” y el tecnopresario asume la actitud de “servidor público” generador de trabajo y riqueza, con negocios basados en conocimiento; éste hecho, cambia el sentido de la empresa y el proyecto de vida del tecnopresario, lo cual también descubre la sociedad que ahora los percibe como un “bien social” merecedores de protección, estímulo, respeto y amor. Esta actitud innovadora resulta tanto del aprendizaje colectivo como de la cooperación basada en la confianza. Y marca la diferencia, porque las “empresas del conocimiento” no se crean sólo para hacer dinero.

Manuel F Neira Rojas
mfneira@coldi.orghttp://www.coldi.org/

Este breve escrito inicialmente publicado en el Diario Vanguardia Liberal de Bucaramanga - Colombia http://www.bucaramangacity.com/ (octubre 26, 2007) da el nombre al Blog, y gracias a la magia de Internet circuló profusamente después de su publicación posterior en la revista DINERO y en la comunidad virtual "Gestiopolis".
Las estimulantes respuestas recibidas motivaron la creación del Blog que, simplemente, busca acoger los aportes intelectuales de muchos a un debate abierto, permanente y necesario.